domingo, 30 de marzo de 2008

Va por Mari Luz


"Soñé que llevaba a arreglar las botas favoritas de mi niña y ella me sonreía"
Ánxel Grove. 30.03.2008 - 09:41h



Juan José Cortés, el padre de Mari Luz, habla de cómo la violenta muerte de la niña ha cambiado su vida.


Después de muerta, Mari Luz ha regresado dos veces a casa para ver a su padre. Fue en estas largas noches insomnes, sólo aliviadas por el sopor químico de los tranquilizantes. La pequeña, como debe ser en una vivaracha de 5 años, traía la risa puesta, convencida de que el mundo es del color y el tamaño de una gominola.


"Fue un sueño muy bonito. Yo llevaba a arreglar las botas favoritas de mi niña, unas de color rosa que le quedaban grandes y estaban rotas de tanto como se las ponía. Cuando se las traía ya reparadas ella se me echaba al cuello de lo contenta que estaba. Me gratificaba con una sonrisa".
"Hubo un tiempo en que creía que el socialismo era quien debía velar por nuestra seguridad. Ahora sólo lo creo parcialmente. El verbo gratificar se conjuga poco en estos tiempos. Es oportuno pensar que existe una conspiración para arrancarlo a la fuerza de nuestra semántica. Son cómplices de ella, por ejemplo, los jueces que no cumplen su deber y los jefes de los jueces, consentidores de tanta negligencia".


Esta vez la cadena de errores se convirtió en cadena de sangre. Un parásito sexual estaba muy atento para colarse por las rendijas abiertas por la desidia y los errores humanos y llevarse por delante a una niña que suspiraba por unas botas rosas.
A Juan José Cortes, el padre de Mari Luz, le quedan pocas ganas de vivir ("nunca más volveré a ser el mismo"), pero suficiente mesura para no extender clamores de venganza ciega y una fuerza que hasta a su familia sorprende. Derrotado pero no caído.
"Que cada uno asuma su parte de culpa en el asesinato de mi hija", dice este gitano y pastor evangelista de fe inquebrantable. Se ha guardado las lágrimas en el bolsillo y encabeza una campaña contra los fallos y despropósitos que permitieron a Santiago del Valle, acusado del crimen, eludir durante años a los jueces, la policía y la cárcel.


Una de las últimas veces que fui a Huelva, se veían casi todos los coches con la foto de Mari Luz pegada en el cristal de atrás. Creo que casi todos intuíamos, con el paso del tiempo, que quizás estuviera ya muerta. Pensábamos en esos padres, conservando la esperanza, no queriendo pensar en la muerte de su niña.

Se veía venir el desenlace, cualquier día apareceria su cuerpo, y por fin descansarían esos padres, pues los días sin saber nada de ella, pesaban más y más.

Aparece la noticia de esta semana, aparece el presunto asesino, un hombre (si se le puede llamar así) , juzgado y condenado, pero , sorprendentemente, en libertad. Ni siquiera una orden de busca y captura.

Errores. ¿Del sistema? ¿ De determinados funcionarios? ¿ De los jueces? ¿Del gobierno?

Yo no lo sé. Es una cadena de errores con una fatal consecuencia. Pienso que a menudo se empieza la casa por el tejado. Burocracia, papeles, bajas sin sustituir, personas que van a su trabajo sin comprometerse lo más mínimo. Echar las siete horas, o las que sean, y largarse a casa.

Estas, a mi juicio, son las consecuencias. Todos somos responsables . No vale respaldarse en el sistema, en los jefes, en los compañeros, en todo menos en uno mismo. Cada uno tenemos parte de responsabilidad directa en errores que nos competen. Hablo en general.


Ahora, con lágrimas en los ojos, damos el adiós definitivo a Mari Luz, nos rasgamos las vestiduras criticando al sistema, a los jueces, a los funcionarios, incluso a las personas que forman disturbios en el barrio donde vivió esta niña.

Cada vez que he oido o leido declaraciones del padre de Mari Luz o de familiares, he pensado que son personas humildes pero muy sensatas. Ojalá esa sensatez les sirva para superar la pérdida y el golpe sufrido.

Ojalá Mari Luz nos ayude a replantearnos nuestra manera de hacer las cosas. Poner todo el empeño y cariño en lo que hacemos, pues lo que hacemos es importante y no se debe permitir ningún error.

7 comentarios:

Elena dijo...

Mi mas sincera admiracion por ese padre.Jamas vi a nadie con esa entereza y ese saber estar.Me quedo con sus palabras, que se haga justicia,no venganza.

Anónimo dijo...
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Miguelo dijo...

durisimo

Иú®iĂ dijo...

de verdad que cada vez que pienso... en serio, en que mundo estamos viviendo? y la justicia hasta cuando va a permitir cosas tan horribles como la que le ha pasado a esta pobre niña cuando solo iba a comprar unos dulces... de verdad, que duro! pobres padres...

Fini Calviño dijo...

Ojalá esto no se vuelva a repetirrrr ojalá...

Talim dijo...

Que desgracia tener justicia para tener este resultado. La inseguridad con la que vivimos, mi más sincero pésame para la familia.

Yo dijo...

De verdad... pobre gente, como escarpias se me ponen los pelos...
Y cada vez se oyen mas casos de intento de secuestro...
Un beso!