jueves, 12 de febrero de 2009

Sobre vidas y muertes dignas



Podría haber comenzado por algún articulo de algún periódico, algun debate politico, legal o incluso mediático, pero he preferido comenzar por algo surrealista, o metafórico, para hablar de la muerte. Mi respeto por ella me obliga a poner el maximo cuidado en mis palabras.
Todos nacemos y todos morimos, podemos saber en sentido cientifico en qué consiste morir, o en sentido religioso, es hablar por hablar; los unicos que saben a ciencia cierta qué es morir, ya han muerto y no pueden contarnoslo.
Me hallo en un grupo de personas que están en contacto con la muerte, he presenciado todo tipo de muertes, y a la vez todo tipo de vidas. Ahora está de moda el calificativo "digna" aplicada a la vida o a la muerte.

Digno: Correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien o algo.

Esta es una de las apreciaciones que hace la RAE del calificativo "digno".
Pero, ¿quien valora la proporcionalidad? Lo que es digno para mí puede ser indigno para otro.
Por suerte o por desgracia , en mi profesion he visto varias formas de aceptar o no a la muerte.
He visto a personas que no acaban su partida de ajedrez, que luchan, que elaboran nuevas estrategias para no perder el juego; otras que, teniendo piezas todavía sobre el tablero, se cansan, y tiran la toalla, pero cada uno es libre de vivir su agonía de modo subjetivo, cada persona es libre de pensar sobre su propia muerte, de lamentarse o no, de luchar o no...siempre ha sido así; a cada uno de nosotros nos llegará la hora cuando nos tenga que llegar.
La tecnica ha avanzado tanto, que a veces la linea que separa la vida y la muerte se vuelve tan borrosa que no la intuimos. Personas muertas agarradas a un respirador, o a un monitor de hemodialisis, o a un sinfin de pruebas diagnosticas, de medicos, de enfermeras, de camas de hospital ; a veces ese señor vestido de negro ha ganado la partida de ajedrez hace mucho rato, pero no nos hemos dado cuenta. Los de fuera no nos hemos dado cuenta, y seguimos moviendo las piezas del tablero, creyendo que el jugador que está enfrente se ha quedado dormido, o no las puede mover por cansancio, y seguimos moviendo piezas por el de manera errática, sabiendo que la partida está ya decidida, pero no nos han educado para perder partidas, sino para ganar a toda costa.
He visto casos, recuerdo una vez, en el hospital, dos maneras de morir distintas, una persona con sedación, pues no había nada más que hacer por ella, salvo aliviarle el dolor; en la habitacion de enfrente, otra persona moribunda a la que le estaban realizando una puncion lumbar que nunca entendí su finalidad; tuve que atender a los dos casos, sin poder hacer nada por salvar la vida (o la muerte), de ninguno de los dos. Lo unico que pude objetivar en esa situacion fue que una persona hacía gestos de dolor y la otra no. ¿Se podría decir que una muerte fue más digna que la otra? Me guardo mi opinión, aunque puede adivinarse. Pero, ¿quienes somos para opinar sobre algo tan serio?
Teólogos, jueces, politicos, personas de la calle, sanitarios, actores, todo el mundo opina, a veces demasiado libremente sobre maneras mas o menos dignas de vivir o morir. Yo solo puedo decir que respeto cada opinion de los que mueren. Nadie sabe lo que pasa, nadie sabe lo que se piensa en la ultima hora. Solo lo saben los contrincantes del señor de negro en la partida de ajedrez.

5 comentarios:

Miguelo dijo...

es un tema peliagudo... y dificil... yo opino q cada uno decida su futuro

Tona dijo...

Es muy difícil tratar el tema, quizá los pacientes a los que cuidas, pacientes con problemas de riñón tienen unos circunstancias en común especiales.Ya nos lo describes desde los muy luchadores hasta los que se rinden y tiran la toalla.
Por esta razón se debe tratar el tema en Foros públicos, debemos hablarlo sin miedo con los pacientes que lo deseen, etc. Y entre todos y ayudados por expertos en ética ponerle nombre a muerte digna, la que en nuestra sociedad aceptemos la mayoría.

Anónimo dijo...

Yo solo se que estoy a favor de la vida. Y efectivamente nadie puede, o debe decidir cuando mata a otro alguien. Me refiero al caso de Eluana, mujer, en coma, con actividad cerebral conservada, vilmente asesinada negandole comida y agua (y aunque no lo parezca esto es una descripcion objetiva). Y luego decimos que si en África tal y cual...
Un saludo.

Unknown dijo...

Pues respeto las tres opiniones, y me guardo la mía. Cada manera de vivir y morir es tan personal y unica, que solo se me ocurre eso, respetar toda opinion.

aramirez dijo...

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