miércoles, 17 de septiembre de 2008

Aqui no cabemos.

Nunca me he parado pensar hasta ahora cómo sería trabajar con el mínimo de espacio establecido. Lo relataré en clave de humor, pues mi lema es no perderlo.



Es la manera más gráfica que se me ha ocurrido de plantearlo, pues he estado hoy toda la mañana acordándome del camarote de los hermanos Marx
Comienzo por el principio para mejor entendimiento de los profanos en la materia.
Un día normal y corriente, por la mañana, al comenzar el turno, pongamos 8 de la mañana.
Trabajo en una sala de dialisis un tanto peculiar, diseñada en su momento con buen criterio (según los libros de historia), pero hace muchisimos años.
Y allí entramos, asomando primero la cabeza por la sala con los pantalones remangados por si hoy ha habido inundación, y me parece que hoy no ha habido, teniendo en cuenta que en todas y cada una de las tomas de agua de los monitores de diálisis hay un pequeño (de momento me parecen pequeños) recipiente que recoge gotita a gotita el agua que sale poco a poco por los antiguos grifos que todavía están cerrados.
Vamos tomando conciencia de dónde nos encontramos, en una sala vacía en la que debemos de prepararlo todo para recibir a nuestros pacientes (creo que la palabra paciente viene de paciencia).
Y llegan algunos en silla de ruedas, y se va animando la cosa, donde cabían tres personas una al lado de la otra, ahora ya solo caben dos, y si el paciente en cuestión debe atravesar la sala para acomodarse en su puesto de dialisis, pues empieza el caos circulatorio, aunque todavía se puede sobrellevar. "Señorita, pase, pase, aquí es "(y las camareras entran al camarote)
Siguen llegando, hasta todos ocupar su puesto.
Ahora viene el segundo numero, con todos en sus puestos, aderezados con una buena sesion de pitidos de los monitores, de dos biombos que parecen a veces que tienen vida propia, y otras veces que no obedecen la orden de moverse (o sea, las ruedas no van, o se atascan).
Y ahora, donde cabíamos dos personas , cabe solo una. "Señorita, pase, pase, es aquí" (y la manicura entra al camarote).
A veces, si en esos momentos cruciales en que sólo se oyen pitidos y algún que otro "echa p'allá" discretamente, llega alguien ajeno a la Unidad, pues simplemente, sucede como en el camarote famoso, que no cabemos pero todos necesitamos estar allí por alguna razón.
A la hora de desconectar a los pacientes es todavía peor. A todo esto se unen el cubo de la basura esperando para poder entrar, el teléfono que no para, los "¿me queda mucho?, "¿ya me toca?" de los pacientes, los conductores de las ambulancias que a veces suben, y los centímetros de espacio que ese día, como viene siendo habitual, se ha comido algún ser extracorporeo que pulula por allí.
A mí ultimamente, esto me tiene un tanto preocupada. ¿estaré mas gorda? Creo que he cogido algunos kilos en las vacaciones, como 150 o así, pues cada vez quepo menos por allí.
Hoy me he chocado con todo: con las mesitas, con las sillas de ruedas, con las maquinas de dialisis, con las papeleras, con las camas, con mis compañeros, con todo practicamente. Y es que voy a tener que ponerme a dieta para dar el perfil, perder unos 30 Kg y poder trabajar con amplitud, pues está la cosa muy mal, como si las paredes encogieran (¿habéis visto "La habitación de Fermat?); y también debo ir a clase de yoga para ser más elastica, rozando el contorsionismo, pues a veces ponemos unas posturas imposibles para poder movernos por allí. Mi compañera dice que formamos un tetris, y está en lo cierto.
Así que los que trabajáis con espacio valorarlo, pues no se sabe lo que es el espacio hasta que se pierde; y yo ahora, pues a pegarme mi carrera por el paseo maritimo, para poder caber en la sala mañana.

4 comentarios:

Miguelo dijo...

eso o fabricar una maquina q dilate el continuo espacio-tiempo. asi tendria una casa mas grande en el mismo espacio.

la musica q suena me encanta!

Anónimo dijo...

Jjejee que chistoso jejeje!!! besos nena

Yo dijo...

Maja, pero es que siempre es igual. Solo mencionar las habitaciones del hospital de aqui... antiguamente habia 3 camas por habitación, conclusión, el carro de curas ya no cabía. Había que dejarlo al inicio y pegarte paseos a por lo que se te hubiera olvidado.
Pero es que siempre acabamos igual. La primera vez que entré en la consuñlta donde estoy ahora pensé que qué grande y luminosa era, pero la verdad es que entre el biombo, la mesa de exploración, los ecografos, las dos mesas (la del medico y la mia que están juntas fotmando una gran "L"), los pacientes, que siempre traen acompñante, el carro de curas... pos nos viene a pasar como a ti. Acabamos saltando unos por encima de otros y jugando al tetris con el material.
Por otra parte... yo de dialisis no entiendo mucho, pero que una de esas maquinas pierda agua ¿no es como muy peligroso para el paciente, ¿y si se estropea en plena diálisis? Por otro lado imagino que el agua se escapará por un circuito diferente al circuito de la sangre del paciente (vamos, que no es el plasma o algo similar lo que se escapa, o algun componente como heparina o otra medicación) porque si no además del riesgo de infección añadido está que os las espichen los pacientes.
Si al final van a tener razón... cómo está la Seguridad Social.
UN beso.
¡Vaya comentario!

misticaluz dijo...

Hola guapa, muchas gracias por compartir el premio, eres muy amable. En cuanto pueda lo posteo (final de página) ya que tengo problemas con la conexión y el PC. Te dejo un abrazooo grande