Me encanta Carroll, pero he de reconocer que saca mi parte más absurda.
Esto es el resultado que corrobora lo dicho.
" ¿ Te gustaría vivir en la casa del espejo , gatito ? "
Llevo todo el fin de semana entrando y saliendo de la casa del espejo , lo que no sé a ciencia cierta es de cuál de ellas. Desde cada una se ve un trozo de todas las demás. Solo un pedacito , suficiente para que no pueda resistirme a entrar a curiosear.
Las he visitado todas , al menos todas las que estaban a mi alcance; sin adentrarme en caminos tortuosos, eso no. Solamente empezar una partida de ajedrez quizás con un gambito de dama , en algunas , y viéndolas venir , en otras , según lleve o no la iniciativa. Jugar con negras tampoco me desagrada. Ahí las he dejado todas , a medias.
Acabo de darme cuenta de que, en realidad, es un solo espejo: el que rompí ayer sin querer. Dicen que un espejo roto trae siete años de mala suerte; no me lo creo, lo que trae mala suerte es creer en supersticiones. A más espejos, más posibilidades.
"¡ Juguemos a que tu eres la reina roja, minino !" Y me encuentro hablando sola, al gatito le dio pánico pasar. Lo estoy viendo reflejado en alguno de los espejos que me rodean, esperándome allí ronroneando. Ya iré cuando acabe de jugar a mi juego.
C' est la vie. No hay más.
Tras el espejo está nublado ahora y yo, haciendo un poco de nada, ya estoy eligiendo el próximo espejo que atravesaré. No me importa no poder volver al inicio , ni perderme entre mis propios reflejos ; es más , me atrae esa idea. Estoy observando a mis otros " yo" sin que se den cuenta; ¡ qué divertido! Mucho más que ganar fácilmente al ajedrez respondiendo con negras.
Desde algún lado de mi reflejo, pienso que hacer esto de vez en cuando no está tan mal . Inspirador , Sr. Carroll.
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